La calle de la Luna

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La calle de la Luna
Procedente de una ciudad costera, Luis llega a Madrid a comienzos de los noventa para contar el universo que se abre ante él: de día, de noche, hacia fuera y hacia dentro. Todo ello envuelto en la banda sonora original de una generación que vislumbró las primeras verdades del mundo a través de la música, en una novela de aprendizaje que tiene estructura de canción pop.

Prólogo a la segunda edición de La Calle de la Luna, por Kiko Méndez-Monasterio

Contraportada de la segunda edición de La Calle de la Luna, por Enrique García-Máiquez

CRÍTICAS

 «Un tono con el que yo me siento muy identificado. Hace un uso muy divertido de las imágenes, con frases siempre ácidas, donde no hay literatura acartonada, cargadas con matices que siempre te llevan a alguna parte. Es la forma en que uno mismo intenta vivir (…) He disfrutado mucho leyéndolo.»

David Gistau

 «Aquí hay un escritor de verdad, y juro que no son muchos (…) Una gran novela. Un gran documento generacional.»

Horacio Vázquez Rial

«La Calle de la Luna deja resaca en el lector, le mantiene vinculado a la novela ya terminada, que parece una noche larga en un bar, con amigos y con amores posibles que se vuelven imposibles, y esos vacíos inexplicables que se llenan con copas.»

ABC D las letras

 «… es un diálogo entre generaciones donde los padres entenderán qué hicieron sus hijos y los hijos quiénes fueron sus padres.»

Informativos Telemadrid

  «… es un relato iniciático, urbano y juvenil que destila ternura y un poco de nostalgia al estilo de Aquellos Maravillosos Años.»

Elle

  «… Posiblemente perviva de la novela de Kiko Méndez-Monasterio no sólo una época y un Madrid vivido por gentes que todos conocemos sino también una puesta en valor de cierta cultura pop hasta ahora no contada. La Calle de la Luna queda en la memoria como el silbido de una canción que se aleja, una canción desengañada quizá, quizá significativa en la medida que es desengañada. Entre cinismos e idealismos, esas noches del joven Peralta tienen también la inocencia irremediable de los venecianos que salieron con pancartas –‘queremos la luna’- cuando el consistorio permitió los anuncios de neón.»

Ignacio Peyró

«Madrid, principios de los 90, en el camino de un joven estudiante de Derecho se cruzan la noche, las copas, un buen puñado de canciones y, en definitiva, la vida. Una crónica nostálgica y sentimental de la juventud perdida, de sus ilusiones, sinsabores y de lo que a veces cuesta encontrar el rumbo. Los treintañeros españoles ya tienen su particular Guardián entre el centeno.»

Juan Vilá

«Ese retrato de la decadencia, sin juicios de valor ni excesos de pintura, muestra el talento narrativo de Méndez-Monasterio»

Carmelo López-Arias

Kiko Méndez-Monasterio escribe muy bien y es uno de los mejores columnistas de nuestro país. Como la juventud se paga, algunos esperarán a que sea anciano para empezar a insinuar que tal vez merezca ese título honorífico inmaterial…“La calle de la luna” ha sido mi incursión en la ficción más feliz de los últimos tiempos. La gran excepción. Me quedé prendado de la historia de Luis desde la primera línea. Sufrí con sus malos momentos y compartí con él sus alegrías y canciones. Es un cóctel de razones y sensaciones que convierte al lector en protagonista de una historia que todos querríamos vivir, aunque sólo sea por esa pizca de buen humor y optimismo que salpican el texto entre tantas dudas de juventud. »

Ixtu Díaz

Por Kiko Méndez Monasterio
KIKO MÉNDEZ-MONASTERIO

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