Su divisa era “primero la verdad que la paz”, por eso murió en mitad de una guerra. Por eso y porque estaba ya cansado de tanto batallar, así lo escribió él mismo para su epitafio, pidiéndole al Señor que le acogiese, porque no ha existido escéptico tan devoto como Don Miguel. Dios, España y la muerte, en Unamuno todo gira en torno a esa trinidad. El último día de 1936 recibía en casa a un...
Unamuno, el yerno de la muerte
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