
Si hubiese sido un hobbit -esas criaturas tolkenianas tan longevas- hoy cumpliría 140 años. En su alma el Guadalquivir era afluente del Sena, o al revés, qué más da. Era poeta de los de mirar al sol más que a la luna, y a las señoritas más que a los atardeceres. También suspirar de vez en cuando, pero no con afectación romántica -eso nunca-, más bien con cierto disfrute de la...