
Superadas las profecías mayas sin más cataclismos que los acostumbrados, ahora se renuevan y agitan los climatólogos apocalípticos, que es la última versión del milenarismo pagano, siempre de moda en los mundos sin Dios, quizá porque es más fácil temer la posible extinción del todo antes que enfrentarse a la seguridad de la extinción propia, que esa sí que es una certeza tan incómoda como...